La matanza de Casas Viejas levantó una enorme ola de solidaridad con las víctimas en la sociedad española, más allá de su adscripción ideológica. Una de las consecuencias que tuvo fue poner de manifiesto las profundas diferencias existentes en la sociedad española, no sólo en lo que respecta a su desigualdad económica, sino también en la existencia de diferentes mundos mentales. En febrero de 1933 visitaron Casas Viejas el director del periódico CNT, Avelino González Mallada y el secretario regional, Vicente Ballester. A principios de marzo ve la luz un folleto que relata la versión del comité regional de la CNT: Han pasado los bárbaros (la verdad sobre Casas Viejas) firmado por el Comité Regional, pero escrito por el propio Ballester. Este librito reproduce en edición facsímil el mismo con una introducción de José Luis Gutiérrez Molina.