«Devenir escritor, tal es la ambición del gato Murr, que E. T. A. Hoffmann pone en escena en una obra poderosamente subversiva, de una extraordinaria modernidad.
»Gato: máscara “hipócrita” que ridiculiza los comportamientos humanos, invierte las jerarquías y pone en su sitio al bípedo humano ¡apropiándose de sus plumas! Garra feroz, diabólica, mortífera, que desgarra el libro y hace añicos el volumen cerrado.
»Injertando su autobiografía en la de Kreisler-Hoffmann, el gato Murr produce un libro monstruoso, una biografía bastarda que desdibuja las fronteras entre la humanidad y la animalidad, entre la vida y la muerte. Arañazos que rasguñan el nombre propio del autor único y borran todo rastro “biográfico”. El gato Murr, tejido doble, urdido de manera rapsódica, parodia de las “novelas de formación”, transforma radicalmente el espacio de la escritura y la lectura y lleva el libro a la deriva de la risa y la locura» (Sarah Kofman).
La filósofa, escritora y profesora universitaria de origen judío Sarah Kofman (París, 1934-1994), discípula de Derrida y gran estudiosa de la obra de Nietzsche y Freud, dedicó su vida a pensar, desde la escritura y dentro de la corriente filosófica que dio en llamarse deconstrucción, algunos de los principales temas de su tiempo, desde el Holocausto nazi hasta el feminismo. Los Autobioarañazos del gato Murr se inscriben en una línea de trabajo que plantea el problema de la escritura a partir de la reflexión de textos literarios anteriores; una línea que se sitúa a medio camino entre la interpretación textual, la crítica literaria, la filosofía del lenguaje y la escritura de creación.