Veintiocho entradas, correspondientes a las veintisiete letras del alfabeto y un antecedente, componen esta original entrega de Antolín García Contreras (Jerez de la Frontera, 1962). En ellas se despliega su erudición filológica y su alma poética. Por este doble carácter de su autor, nos explicamos la relación tan compenetrada que mantiene con los signos gráficos de nuestro idioma. Estamos ante un caso perdido de amor por las letras. Sólo un poeta puede amar así.