Su obra se centra en escenas campestres costumbristas, en imágenes de ciudades provincianas y de sus festejos tradicionales, así como retratos, por lo que se ha considerado como pionero en ese tipo de fotografía antropológica. El Ministerio de Cultura, al concederle el Premio Nacional, destacó la coherencia y solidez de su obra, que "constituye un puente entre la nueva vanguardia neorrealista de la postguerra y los métodos de observación fotográfica posteriores a 1968".