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¿Conocimientos, habilidades, actitudes y valores?, ¿en qué orden y en qué cantidad estas facultades deben estar presentes en la competencia de un docente? Sobre todo cuando tiene ante sí un estudiante con las peculiaridades privativas de una modalidad de educación abierta (EA). El currículo de la reforma educativa expone que los contenidos deben estar en concordancia con los cuatro fundamentos de la educación recomendados por el Informe Delors (1996): Conocimientos, Habilidades, Actitudes y Valores. Innegable es que el conocimiento debe estar presente en el desempeño docente; al profesor de EA le corresponde conocer su disciplina; demostrar ante el estudiante, habitualmente adulto y con experiencia laboral, su habilidad en el manejo y aplicación de los conceptos. El dominio de estrategias didáctico-pedagógicas de EA es determinante para estimular la permanencia del estudiante. Y ¿Qué valores y actitudes manifestar ante un personaje que cuenta con un bagaje de experiencias laborales, familiares, personales? A pesar de lo anterior, se carece de propuestas de evaluación específicas para EA y en el mejor de los casos se aplican los mismos procedimientos que en educación escolarizada.