El hombre tiende a explicar de manera sobrenatural, desde otro nivel de conocimiento no racional, los misterios que la ciencia aún no ha revelado.
El Destino no funciona con parámetros humanos. Aquel que hace un alto en la ciudad de Jerez, y se detiene en la llamada fenomenología paranormal local, es alguien que, posiblemente asqueado por el determinismo o programación social, ha abandonado el cuarto de los juguetes y avanza a tientas por los oscuros pasillos de lo que ya no es su casa. Este desahuciado es el único que a lo mejor se entera de algo. Pero no volverá a su realidad para contarlo.