La publicación se estructura en tres apartados. En el primero, bajo el epígrafe "Vivencias de un agente de extensión", Amador Rodríguez Troncoso describe de manera autobiográfica los orígenes, primeras etapas, desarrollo y posterior desaparición del SEA. A lo largo de doce capítulos, Amador Rodríguez explica los primeros contactos con los agricultores y las principales medidas que adoptó el Servicio para favorecer el desarrollo de las explotaciones agrarias. En el segundo apartado, denominado "Comportamiento profesional de los agricultores", se concretan los fundamentos teóricos y las bases metodológicas de este organismo, su concepto de la modernización de la agricultura y del desarrollo rural. En sus nueve capítulos, José García Gutiérrez explica cómo se desarrollaba el proceso educativo de los agricultores y los temas que incluía, como técnicas de producción, gestión de explotaciones y comercialización de los productos. Este autor hace especial hincapié en las actuaciones destinadas a los jóvenes agricultores. El tercero, "La extensión educativa ¿una necesidad vigente?", que está escrito por Gerardo García Fernández y consta de cinco capítulos, contiene una reflexión sobre la vigencia del modelo extensionista en el actual contexto socioeconómico y administrativo español. El autor aborda el tema de las cuestiones educativas del desarrollo rural, en especial sobre los aspectos educativos de la iniciativa LEADER.