En 1924 la industria oleícola vivía una época dorada. España ya era el primer productor mundial y uno de los principales exportadores. Además de proporcionar una apreciada fuente de divisas y dar trabajo a más de un millón y medio de jornaleros, el aceite de oliva gozaba del privilegio de ser el único aceite vegetal autorizado en España para alimentación, según un dictamen de 1920 del Real Consejo de Sanidad e Higiene. El extenso compendio de información recopilada en este volumen, resulta también de interés para el profesional de hoy, que le mostrará de donde venimos y le animará a recuperar el entusiasmo y vigor empresarial de aquella época.
Colección El Arado y la Red. Facsímil de 1924. DESCATALOGADO - ÚLTIMOS EJEMPLARES