La redacción del presente estudio ha representado una doble satisfacción. Primero, rendir un homenaje de reconocimiento y admiración al ilustre investigador Sancho de Sopranis, pues no cabe duda que en su infatigable rastrear por los archivos de toda la provincia, raro es el tema del que no atesoraba alguna referencia. Y segundo, colmar nuestros afanes de estudios en genealogía. Fruto de esto último es la relación de alcaides de familias que sacamos a la luz, que custodiaron el monumento de más rancio abolengo como es, sin duda, el Alcázar de Jerez de la Frontera.