En 1726, Felipe V prohibió la práctica del rejoneo a los cortesanos, provocando entre la plebe del toreo a pie. Esto, unido a las inaguraciones de las primeras plazas de toros circulares en Sevilla y Madrid, así como a la constitución de las primeras castas fundacionales, dio como resultado el toreo como hoy lo conocemos.
La tauromaquia ha ido evolucionando paralelamenre a nuestra sociedad. Los toreros impusieron primero el valor, y más tarde, el arte, pero las gotas de sangre han estado presentes. En esta obra, a través de sus protaganistas, le invitamos a comprobarlo.