Uhalte documenta entre otros momentos de la vida del padre del Nobel, sus contratos como cirujano en Petilla de Aragón, donde cobraba 30 cargas de trigo por un oficio que lo mismo le exigía visitar a enfermos que afeitar a los vecinos, o en los otros pueblos de Aragón donde trabajó, como Larrés, Luna o Valpamas.
Uhalte ha revisado los archivos de su pueblo natal y de todas esas localidades aragonesas, además de los de la Universidad de Zaragoza, para trazar una trayectoria que lleva a Justo Ramón a ser cirujano de prestigio no solo en la capital aragonesa sino en toda la provincia y hasta en la Ribera navarra, especialmente en Corella. De hecho, Uhalte desvela que Justo Ramón trató de convencer a su hijo Santiago, maltrecho por el paludismo que había contraído en la guerra de Cuba y por la tuberculosis que sufrió más tarde, que aprovechara sus contactos para ejercer como médico en Corella. Santiago rechazó la oferta. Su voluntad, tan férrea o casi como la de su padre, le iba a llevar mucho más lejos. (Jesús Rubio)