No puedes poner puertas al campo ni irte a vivir a la ciudad cuando ya estás en el mejor lugar de trabajo del mundo, en un paraje que no te acabas nunca, con música ambiente en directo adaptada a cada momento por los intérpretes más naturales que existen, con compañeros de trabajo idílicos que no te hacen la zancadilla ni se comportan como salvajes, en despachos inmensos hechos de aire limpio y techos orgánicos que adaptan su color según la hora del día.
Es cierto que la gente que vive en grandes aglomeraciones urbanas siempre te quiere engatusar y te dice que sigas al rebaño y vivas amontonado como el ganado en cubículos minúsculos, que es lo que hace moderno, pero la mayoría salen a por lana y acaban esquilados. Ya se sabe que el hombre es un lobo para el hombre. Protagonizar tu propia peli de vaqueros, puede parecer que es tener mucha leche o estar como una cabra, pero para la protagonista de esta historia, fue un gran acierto.