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Nueva edición con selección de especies indicadoras y con ampliación de estadios de cifrado, de la anterior publicación del "Atlas de Plantas y aves para observaciones fenológicas", ya agotada.
Esta obra es el resultado del esfuerzo de una serie de personas comprometidas con el medio ambiente y con el objetivo de mejorar las observaciones fenológicas. El carácter práctico de este libro pretende acercarlo a la realidad de la observación fenológica actual en la medida que está dirigido a todos los interesados en la fenología, y en especial, a todos los colaboradores que integran la red fenológica de AEMET.
De todas las especies que actualmente se observan en las diferentes estaciones que componen la red fenológica de AEMET este libro se centra en una serie de especies denominadas "diana", que han sido seleccionadas por reunir características como las siguientes: su fácil identificación, su relativa abundancia en gran parte del territorio, la manifestación de una fenología marcada, la representación de su presencia como potencial de bioindicador climático, su importante significación ecológica, su observación con el mismo fin en otros países europeos y, cuando es posible, la existencia de abundantes datos antiguos relativos a la fenología de la especie.
En la estructura de esta publicación se distinguen dos partes bien diferenciadas, una parte con información sobre los tres grupos de especies seleccionadas: plantas, aves e insectos, y otra sobre la observación fenológica. Además, al final se incluyen dos anexos con información complementaria sobre las especies.
Índice:
1. Introducción
2. Descripción y hábitat de especies diana
3. Mapas de distribución de especies diana
4. Observación fenológica
5. Bibliografía
Anexo I. Código BBCH y estadios seleccionados en especies vegetales
Anexo II. Código de cifrado en aves e insectos
Vivimos abstraídos en ciudades, escenarios urbanos y paisajes grises. Con el paso del tiempo, hemos olvidado el impacto que nos puede causar la ausencia de naturaleza. Álex Gesse nos invita a probar los baños de bosque, una técnica japonesa que nos ayuda a reconectar con la naturaleza y con sus efectos beneficiosos para el cuerpo y el espíritu.
En este libro, el autor -guía experimentado en baños de bosque- nos relata una veintena de experiencias reales de shinrin-yoku, que han de servir de inspiración e ilustración de lo que podemos encontrarnos en un viaje al interior del bosque, un paseo relajado, sin prisa, sin presiones, como una pausa extraordinaria fuera de nuestra rutina, y que nos conducirá a reencontrarnos con nosotros mismos. Además, nos dice, podemos buscar la naturaleza y su poder sanador allí donde estemos: en la oficina, en casa, en las calles de nuestra ciudad... Allí donde más lo necesites.
«Todos tus sentidos están para ser despertados, para conectarte con el bosque, y cuando se liberan, las emociones se despiertan, las conversaciones se desenvuelven y un nuevo mundo surge a tu alrededor, permitiéndote encontrar la armonía con el bosque y, en definitiva, hallar tu equilibrio interior.»
"Una historia, en clave de humor, sobre la mente humana y la importancia de ASUMIR que las cosas ocurren en el momento justo".
Contra un tiempo de talas indiscriminadas, incendios mercantilizados, infraestructuras omnipresentes y matematización de los territorios, sólo cabe una respuesta: alcémonos y seamos bosques.
La civilización occidental se ha construido, piedra a piedra, sobre las cenizas de los bosques. Pero, además de ser devastados para obtener materias primas, los bosques también han sido arrasados porque, desde que hay memoria, fueron refugio de hombres y mujeres libres, herejes y resistentes, de todos aquellos que no se dejan gobernar.
Hoy en día, esa dinámica política y económica que sigue asolando las masas arbóreas se denomina «ordenación territorial», pero debe entenderse como una guerra de baja intensidad: contra los bosques, pero también contra los animales y las comunidades humanas que los habitan. Y que los defienden, muchas veces con su vida, pues no olvidemos que, más allá de los bulldozers, los gases lacrimógenos y las pelotas de goma de nuestras democracias, el asesinato de activistas medioambientales se ha duplicado en la última década.
Para todos esos activistas, y para la parte de la sociedad a la que representan, el bosque es asiento de la comunidad, refugio temporal, lugar sagrado, amparo de lo salvaje. Por ello los campesinos mexicanos de Guerrero llevan quince años luchando contra la explotación industrial de aquel territorio; los tramperos del pueblo cree, en Canadá, defienden el bosque boreal contra la deforestación; los penan de Borneo se arman de cerbatanas contra las compañías de palma aceitera; en Renania, la resistencia se organiza para bloquear la extracción de lignito en uno de los últimos bosques primarios de Europa; la ZAD de Notre-Dame-des-Landes se enfrenta al Estado francés y sus leyes…
Por doquier se libran batallas en las que resuena una misma idea: el bosque no es un yacimiento de biomasa, ni una zona para el libre desarrollo de infraestructuras, ni una reserva de la biosfera, ni un sumidero de carbono. El bosque es un pueblo que se subleva, una defensa que se organiza, imaginarios que se intensfican. Hay bosque allí donde ya no se puede soportar la miseria existencial generalizada. Hay bosque allí donde somos bosques, allí donde somos ingobernables.
A menudo se estigmatizan las reflexiones más críticas sobre la crisis ecosocial actual con etiquetas como catastrofismo o colapsismo (al autor de este volumen le han llegado a hacer reo de lumpen-leninismo pachamamista y maltusianismo apocalíptico, entre otras lindezas). Así, se ignora tanto la necesidad de analizar sin autoengaños los elementos catastróficos de la situación presente como las elaboraciones más en positivo que también se proponen desde aquellas posiciones. Dentro de este último apartado (propuestas en positivo) hay que situar el libro Simbioética como un esfuerzo por avanzar hacia una reforma intelectual y moral que, sin abdicar de la lucidez analítica, proporcione herramientas para la construcción cultural que necesitamos. La teoría Gaia, sobre todo, proporciona un buen cimiento para esa construcción en el mundo occidental: buen suelo para alzar ecosofías y culturas amigas de la Tierra. «Muy cierto es que el gran milagro es la naturaleza misma, pero el hombre todavía es demasiado niño para darse cuenta», escribió Joan Maragall. La clase de esperanza que puede anclarse en estas perspectivas no se refiere a lo inmediato, pero a cambio es fuerte y sus raíces llegan muy hondo. La simbioética de Riechmann es el desarrollo de posiciones morales de amor compasivo congruentes con lo que de hecho (ontológicamente) somos: holobiontes en un planeta simbiótico. Sería la vertiente moral de una reflexión que, en lo político, se ha articulado como ecosocialismo descalzo. Y es que se trataría, como apuntan los compañeros y compañeras de la Agenda Latinoamericana, de avanzar «desde la Patria Grande hacia la Patria Mayor»: la Madre Tierra.
Contenido: Introducción. Antecedentes históricos en países de la OCDE. Símbolos y marcas verdes. Tendencias y conclusiones. Legislación aplicable. Bibliografía.