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De nuevo un 5 de marzo, de nuevo volveremos a relatar, a nombrar, a recordar la Batalla de La Barrosa. Y lo haremos porque no debe quedar en los márgenes de la narrativa de la Guerra de la Independencia. Como tampoco puede quedar sumergida entre los capítulos más o menos significativos de nuestra historia como ciudad. La batalla en sí, sus causas, desarrollo y consecuencias –así como sus más de tres mil víctimas–, la tenemos que recordar para que no se olvide: porque “no fue una escaramuza sino un terrible choque henchido de tragedia y dolor”, como de forma acertada la describe Pepe Mier, presidente de la Asociación Pro Fundación Batalla de La Barrosa. Por ello, este año la Asociación Pro Fundación ha decidido en este 209 aniversario recuperar en una magnífica edición corregida y aumentada el cómic de José Luis Díaz de la Torre que ya publicó en 2011 el Ayuntamiento de Chiclana, aunque con el título de “Batalla de La Barrosa”.
“En este caso se han aumentado el número de páginas a 80 y se han actualizado sus textos así como corregido y aumentado planos, páginas de cómic y detalles de la miscelánea y memoria de la batalla –explica en su ‘Incipit’ el propio Pepe Mier–. Su contenido se ha cubierto con tapas duras con lo que creo que hemos conseguido darle al mismo tiempo mejor aspecto de ‘libro’ y hacerlo más perdurable”. Sin duda. Porque este cómic constituye una extraordinaria tarea por explicar cómo aquella batalla supuso el principal “esfuerzo por levantar el Asedio de Cádiz”, según describe el propio Díaz de la Torre. Pero realmente, como la Batalla de 5 de marzo de 1811, es muchísimo más de lo que parece. En este caso, es bastante más que un cómic: es el testimonio que da de la Batalla un apasionado y fervoroso coleccionista de anécdotas, curiosidades, personajes, declaraciones, publicaciones, ilustraciones… que en conjunto constituyen un libro imprescindible.
Este “libro gráfico” tiene en sus páginas centrales las extraordinarias viñetas que ha dibujado José Luis o los precisos textos que él mismo ha escrito dentro de cada una de ellas. Estas veinte páginas son, por supuesto, su corazón, donde late la maestría de Díaz de la Torre como perspicaz y preciso dibujante, capaz de explicar en unas pocas escenas la magnitud y el dolor de ese enfrentamiento: “Los combates son feroces sobre el áspero terreno. Cárcavas, pendientes, matorrales, árboles y vegetación espinosa son testigos del encono humano. La atmósfera húmeda y salina del océano próximo libra también su batalla con el olor a pólvora y los lamentos de los soldados…”. Ese corazón a todo color bombea, expande el significado y la trascendencia de la Batalla, el dolor y el llanto de los moribundos, al resto de la publicación.
Por delante, riega el riguroso relato del profesor Joaquín García Contreras, que se extiende desde los prolegómenos a las consecuencias de la Batalla, y que José Luis ilustra con algunos dibujos suyos y con otros grabados, imágenes y retratos de protagonistas que ha ido pacientemente reuniendo hasta conformar un impagable recopilación de la “imagen” de la Batalla a lo largo de la historia. Por detrás, continúa este portentoso testimonio histórico y gráfico. Ya es el propio Díaz de la Torre quien, además, escribe sobre protagonistas, vínculos y publicaciones: el general Luis Lacy, el coronel Manuel María Giménez, el pintor Louis-François Lejeune, Guido Williams en La Barrosa, la exótica relación entre Chiclana y Australia…
“Nuestro empeño en la reedición de este libro gráfico es llegar con su divulgación al mayor número de personas y sobre todo a los más jóvenes, hacerlo además con la mayor dignidad y ofrecer un atrayente reclamo del episodio a curiosos y estudiosos que deseen conocer y profundizar en la historiografía de Chiclana –insiste Pepe Mier–. Estamos convencidos que aunque la Batalla pudo parecer ajena al devenir de los chiclaneros y la ciudad ya que ésta solo prestó su suelo, todo el desarrollo de la misma, sus aspectos parciales y colaterales y la ocupación francesa durante 30 meses ha sido el suceso histórico más importante e internacional acontecido en nuestra ciudad”. Sin duda, como añade José Luis, “el periodo tal vez más ruinoso y triste de su historia”.
