Tras divorciarse y entregar su acta de diputada por Zaragoza, Pilar de Valer comienza una relación sentimental con un agricultor sevillano. Embarazada y decidida a contraer matrimonio se traslada con su hijo a su pueblo natal, al pago de Pozogrande, días antes del confinamiento por la covid-19. Pero además de tener que aplazar la boda y obligados a confinarse en un cortijo solitario su vida cambia por completo al descubrir que su novio, Alvaro el Marengo, tiene ciertos negocios opacos además de la agricultura. Estando confinada, Pilar afronta la investigación de las marismas del Guadalquivir para una tesis pendiente desde que se dedicó a la política, durante la cual descubre una verdad desconocida sobre su familia y sus abuelos.