Description
Un viaje fascinante a la Gadir fenicia de la mano del principal experto en arqueología tartésica y fenicia de nuestro país. El autor, que ha dedicado décadas de investigación de campo en la bahía de Cádiz y sus territorios limítrofes –la antigua Tartesos–, analiza los últimos datos conocidos sobre la implantación de los fenicios en la zona y la fundación de la colonia de Gadir, descrita por Estrabón y Herodoto como la más antigua de las ciudades fundadas por Tiro en Occidente.
Partiendo de un puerto con pocos elementos arqueológicos para abordar un tema que parecía fácil y evidente, el autor revisa la evidencia arqueológica actual y plantea serias dudas acerca de la estructura de la ciudad –fun-dada en la isla de Eritia–, su tamaño, demografía y el momento exacto de su fundación, que la leyenda sitúa poco después de la guerra de Troya. Numerosas intervenciones arqueológicas en la antigua isla de Cádiz revelan hasta hoy un subsuelo lleno de tumbas a partir del siglo VI a.C., la presencia de algunos santuarios –el más célebre, el templo de Herakles-Melqart en el islote de Sancti Petri– y restos dispersos de actividades pesqueras e industriales en algunos puntos de la ciudad. La excavación en solares importantes del casco urbano –Teatro Cómico, Cánovas del Castillo o Calle Ancha– sitúa el momento de la fundación de la colonia a principios del siglo VIII a.C., o poco antes, pero no reflejan una gran aglomeración urbana y revelan que «la investigación en Cádiz ha constituido un ejemplo de cómo la imaginación ha corrido más que la arqueología científica».
El sensacional hallazgo del yacimiento del Castillo de Doña Blanca (CDB) y su excavación por parte del autor hasta 2020 han dado un giro espectacular a lo que conocíamos de la topografía antigua de la bahía. A orillas del río Guadalete, el tell, fortificado y de casi 7 Ha de extensión urbana, se presenta ahora como el gran puerto en tierra firme de la ciudad situada en la isla de Cádiz. Su fundación hacia los años 780-760 a.C. y su espectacular desarrollo convierten al CDB en el principal centro político y económico de la bahía de Cádiz, en una situación privilegiada para controlar el acceso al Atlántico, es decir, a la riqueza minero-metalúrgica de la región de Huelva, y a los recursos agrícolas del interior. Gadir y Doña Blanca ponen de relieve la pluralidad de la colonia fenicia y una topografía única y excepcional en Occidente.
