El autor profundiza en los orígenes y la razón de la enconada pugna que siempre ha presidido el encuentro entre el hombre y el lobo. Se remonta mucho atrás en el tiempo y alude a las implicaciones de índole psíquica que para los hominoides pudieron tener otros grandes mamíferos carnívoros que hicieron presa en ellos para engullirlos como alimento. También se analiza el proceso de domesticación del lobo a partir de ejemplares troquelados.