Cuando los españoles llegaron a Mesoamérica (parte de lo que ahora es México) encontraron una sociedad muy bien constituida. El nuevo territorio, llamado por Hernán Cortés la Nueva España, fue escenario de la difícil convivencia de dos culturas muy distintas. Los artesanos de la época prehispánica estaban organizados en una corporación, que el autor ha denominado tlachichiuhcayotl; la cual tenía características muy diferentes de los gremios europeos. La Corona española reconoció como fuerzas sociales a estas agrupaciones artesanales indígenas; siguiendo una larga tradición medieval. Sin embargo, los gremios novohispanos intentaron destruirlas por todos los medios posibles. Puesto que todas las fuentes escritas en náhuatl provienen de la época novohispana, a fin de reconstruir el modelo del tlachichiuhcayotl, resulta primero indispensable conocer las instituciones de la Nueva España, lo cual conlleva la necesidad de comprender los antecedentes de la Castilla medieval. Mediante la comparación de estos dos ámbitos, y realizando una especie de resta o "sustracción", el autor ha llegado a importantes conclusiones, tanto para la realidad mesoamericana como para la novohispana.
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