Suelo, agua y vegetación son recursos naturales imprescindibles; por ello, la conservación ambiental y el desarrollo económico deben tener un interés común: su protección y buena gestión. Entre los grandes problemas ambientales que atañen a casi la mitad de las tierras emergidas del planeta, incluyendo buena parte de la Penísula ibérica, se hallan la erosión y la desetificación.