"Domingo acuña en su persona las virtudes y conocimientos necesarios para formar parte de esa éilte de esperistas que conocen el todo, sin que ello signifique que cada día que salen al campo aprendan algo nuevo. Varias décadas saliendo al campo sin descanso le han valido para descifrar el lenguaje de signos que los jabalíes dejan en el campo, para diseñar estrategias en unos paisajes que siempre son distintos, para soñar despierto con el posible final del desafío. Gracias a que ha decidido compartir sus experiencias con el resto de cazadores hemos podido disfrutar de una pequeña parte de sus experiencias condensadas en un puñado de amenas historias acaecidas en los montes extremeños, para que el resto de cazadores podamos hurtarle, con nuestros pensamientos, el puesto que ocupó aquella noche en la que, tras varios intentos, el jabalí, por fin, entró".