Todo el mundo pierde ocasionalmente partidas de ajedrez, pero con demasiada frecuencia perdemos una partida debido a jugadas que, en nuestro fuero interno, sabíamos que tenían lagunas. ¿Por qué cometemos estos pecados en el tablero? ¿Son la consecuencia de nuestra mala concepción del ajedrez y de cómo debería jugarse? ¿Cómo podemos reconocer mejor estos signos de advertencia? En este entretenido y provocador libro, Jonathan Rowson investiga, en su inimitable estilo, las principales razones por las que los jugadores de ajedrez a veces se extravían, concentrándose en los siguientes reveses psicológicos: Pensamiento (innecesario o erróneo). Relajación (oportunidades perdidas, falta de determinación). Avidez (excesiva preocupación por el resultado de la partida). Materialismo (insuficiente atención a factores no materiales). Egoísmo (deficiente conciencia del oponente y sus ideas). Perfeccionismo (apuros de tiempo, esfuerzos exagerados). Dispersión ("perder el hilo", extravío, mala concentración)