Las ideas que, además del tiempo, se tenían sobre la materia y la energía, el espacio y la gravitación han cambiado radicalmente a partir del cataclismo que, para la física, significó Einstein y su teoría de la relatividad. En este libro, el doctor Shahen Hacyan aclara y explica muchos de los problemas nuevos que afrontan los científicos de nuestros días y, sobre todo, siembra en el lector la inquietud de conocerlos y entenderlos.La existencia de un tiempo absoluto, independiente de quien lo mide, es resultado de nuestra experiencia cotidiana. Estamos acostumbrados a que el tiempo transcurre siempre en la misma forma y así sincronizamos nuestros relojes para determinar el momento en que ocurre cada suceso. Nadie se atrevería a afirmar que el tiempo transcurre más rápido o más lento en un lugar o en otro del universo. Al menos esto se pensaba hasta que llegó Einstein, que en 1905 publicó el famoso artículo titulado Sobre la electrodi-námica de los cuerpos en movimiento, en una prestigiosa revista alemana de física; con ese trabajo nació la teoría de la relatividad. Einstein postuló que no existe un tiempo absoluto, ni un espacio absoluto y, por lo tanto, tampoco un éter. Pero, si no existe el éter ¿con respecto a qué debe medirse la velocidad de la luz? La respuesta fue tajante: la velocidad de la luz (en el vacío) es la misma en cualquier sistema de referencia inercial.