"Los viajeros han terminado su periplo bajonavarro y suletino. La armonía entre los amigos ha sido total. Tienen los ojos cansados de tanto mirar y los pies, de tanto andar. Traen sus retinas llenas de colores y sus almas, de nostalgias. Han recorrido estas hermosas tierras de Xuberoa y la Baja Navarra paso a paso, han aprendido cosas, han visto paisajes grandiosos bendecidos por el cielo y gentes de todo tipo, pero lo que nunca les han hecho sentir los bajonavarros ni los suletinos ha sido extranjeros o extraños".