Temperamento genial, terremoto incandescente, fenómeno irrepetible, vendaval de fuego... Todos estos adjetivos era Lola Flores, una figura indiscutible en la historia del espectáculo español, que despertaba grandes pasiones entre sus admiradores o grandes desprecios entre sus detractores. Ni en un grupo ni en otro se encontraba el periodista y escritor Juan Ignacio García Garzón, que no era un fan ni un crítico de la artista, sin embargo confiesa que ha sufrido un «paulatino enamoramiento» al escribir El volcán y la brisa, la biografía no autorizada de La Faraona, editada por Algaba. Desde el respeto y la lejanía abordó García Garzón este personaje complejo, que le ha permitido, además, trazar un retrato del siglo XX español.