Con el título de Limnología de las lagunas de la cuenca del Guadiana, el Grupo de Investigación del Agua presenta su décima publicación sobre temas relacionados con el agua y los humedales. En este caso, han participado quince expertos de diferentes organismos públicos de investigación y ha sido editada por los doctores Miguel Álvarez Cobelas y Oscar Soriano Hernando, del Museo Nacional de Ciencias Naturales. En ella también colaboran los investigadores del Real Jardín Botánico de Madrid, igualmente un centro del CSIC, Santos Cirujano y Natalia Guerrero. A lo largo de sus 600 páginas, diez capítulos y cuatro anexos, se suceden multitud de datos referidos a diferentes aspectos de las lagunas de la cuenca alta del Guadiana: geográficos, hidrológicos, físico-químicos, zoológicos, botánicos o históricos. Se trata de una recopilación científico-técnica de las publicaciones e informes que sus autores fueron realizando durante su actividad científica y de asesoramiento en el territorio, a la que han añadido aportaciones actuales de interés indiscutible para la conservación de estas zonas húmedas, que en su mayor parte pertenecen a la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda. Un trabajo de cuatro años de estudio. El libro, que toma como base obras anteriores ya realizadas sobre estudios limnológicos, zoológicos y botánicos plasmados en estos ambientes, es fruto del trabajo investigador llevado a cabo entre 2008 y 2011 en las lagunas manchegas y extremeñas incluidas en la cuenca del Guadiana, así como las lagunas del Campo de Calatrava, en la provincia de Ciudad Real y que en este caso son menos conocidas por haber sido abordadas como un fenómeno volcánico por algunos geólogos. A juicio de uno de sus editores, el investigador Miguel Álvarez Cobelas, "este libro nos gustaría, primero, que fuera de utilidad para aquellos que tengan interés en conocer la diversidad que contienen estos ecosistemas acuáticos y los problemas actuales que inciden sobre su conservación, y, seguidamente, que sirviera de base para analizar la evolución de las lagunas a largo plazo, con la esperanza, quizás ingenua, de que las condiciones ambientales de muchas de ellas mejoraran, lo que sería un signo inequívoco que la sociedad ha empezado a preocuparse en serio por su patrimonio natural".