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En México, el aborto inducido es una práctica con importantes implicaciones emocionales, morales y jurídicas para las mujeres, además de que constituye un importante problema de salud pública. Pese a su relevancia, poco se ha reflexionado sobre el importante papel que cumplen los varones en estos procesos. Diversos estudios muestran que los hombres son corresponsables en la ocurrencia de embarazos no deseados, en la decisión misma de abortar y en los riesgos que significan para la salud de las mujeres acudir a abortos clandestinos. Considerando que los procesos de razonamiento moral son un eje central de legitimación social en el plano de las responsabilidades, esta investigación consideró necesario explorar estos procesos desde un análisis de género que tomara en cuenta la forma en que los varones evalúan su propia responsabilidad ante la decisión de ellos o de sus parejas de interrumpir un embarazo no deseado.