Este libro es el primer catálogo publicado de inscripciones latinas (romanas y medievales) de Jerez de la Frontera y su extensa campiña y contiene la colección más amplia de la provincia (un centenar y pico de piezas), si exceptuamos Cádiz. Las inscripciones constituyen la primera fuente de la Historia y de la Microhistoria. Gracias a ellas se reconstruyen las vidas y las voces de los personajes y las gentes que vieron esta misma luz hace dos mil años y que trabajaron estos "elíseos jerezanos prados", como los definió Cervantes en el Quijote (1! parte, cap. XVIII). Hagamos nuestras las palabras de Estrabón (III 2,15) sobre la Turdetania: "A la fertilidad de la tierra se suma (...) el carácter pacífico y el civismo (...). Se han convertido completamente al género de vida de los romanos y (...) poco les falta ya para ser todos romanos". En una primera parte de la obra se describen los epígrafes dentro de su contexto y en la segunda se incluye un apéndice que sitúa los yacimientos en mapas con las fotografías de los restos más destacados.