Tres narraciones entrelazadas por la química (de las pastillas y de los cuerpos): en la primera historia, Rebecca, una popular autora de novelas de kiosco, conoce a una joven enfermera, un tanto confundida con respecto a su sexualidad, y aficionada al éxtasis y a las discotecas... La protagonista de la segunda, Samantha, que nació sin brazos a causa de una droga imprudentemente recetada a mujeres embarazadas, enamora a un hooligan aficionado a todas las drogas contemporáneas, y lo utiliza para vengarse de aquellos que causaron su deformidad... Y en la última, Lloyd es un treintañero rebelde que sigue sin rendirse a la vida burguesa y frecuenta fiestas extáticas. Pero una sensación de disconformidad le anuncia que quizá lo que ahora desea son otros éxtasis mucho más difíciles.