Ganador de la vida, porque al margen de las victorias que ha cosechado en el fútbol, Esteban Vigo (17 de enero de 1955, Vélez Málaga) es un triunfador por mentalidad y sacrificio. Su infancia no fue fácil; a los cuatro años se quedó huérfano de padre. Su progenitor perdió la vida cuando iba a ver al Málaga, el equipo en el que lograría despuntar aquel Boquerón que jugó posteriormente durante una década en el Barcelona. Allí probó el sabor de títulos como la Liga o la Recopa, pero nunca abandonó esa humildad de la que suelen olvidarse los profesionales del mundo del deporte. Fue internacional por España y volvió al Málaga para colgar las botas. Como técnico, tras la gran gesta que logró en el Xerez con un ascenso a Primera que repitión con el Hércules al curso siguiente, está escribiendo ahora sus páginas doradas.