La gran empresa que representó el descubrimiento del Nuevo Mundo difícimente se podría haber logrado sin los caballos. Gracias a los caballos, los asnos y las mulas se cubrieron comunicaciones, intendencia militar y necesidades agrícolas para llevar la civilización europea a las lejanas provincias virreinales.
Durante 45 años el autor ha tratado de encontrar y leer los libros más notables que sobre el criollo se han escrito y publicado que pudiesen explicar las diferentes contradicciones existentes (algunas observables, como la diferente alzada de ambas especies) en la teoría asumida acerca del origen del caballo criollo, y expone el resultado de sus investigaciones en este interesantísimo estudio sobre el verdadero origen del caballo criollo, que se produce en el denominado «periodo o época colonial» (s. XVI-XVIII), objeto del presente trabajo.
Este libro contribuye así a un mejor conocimiento de los ancestros de los caballos criollos actuales de América, reparando y corrigiendo una tradición incompleta, y al mismo tiempo aportando visibilidad a nuestras antiguas razas equinas en honor a una verdad histórica, particularmente sobre sus orígenes en la Península Ibérica y con especial énfasis en el caballo criollo argentino, como uno de sus más notables y genuinos descendientes.
Durante años se ha entendido o sobreentendido que los caballos desde España eran los de la raza española actual, citándose frecuentemente en los libros sobre el tema a los caballos españoles, en vez de hablar de caballos de España, y de este modo fijando el origen del caballo criollo en el caballo español.