Este estudio analiza los efectos de la modernización de regadíos sobre la cantidad y la calidad del agua, tomando la cuenca del Ebro como caso de estudio. Para ello se ha realizado una aproximación conceptual basada en la contabilidad del agua. Esta metodología aplica balances para considerar los principios hidrológicos antes indicados. La modernización no supondrá un ahorro de agua en cuencas donde la mayor parte de los retornos de riego se originen lejos de la costa y sean reutilizables. Por el contario, la modernización incrementará su consumo y reducirá su disponibilidad, dado el incremento que experimentará la producción agraria. Los agricultores invierten en este proceso para aumentar la productividad de sus explotaciones. Sin embargo, la modernización reducirá la masa de contaminantes exportada desde el regadío. La mejora de la competitividad agraria y de las condiciones de trabajo de los agricultores, así como la mejora global de la calidad del agua, serán los principales beneficios de estos planes para la sociedad.