"Así nos convertimos en adoradores de pagodas rocosas y heladas torres de Babel. Erigimos cimas en el vértice geodésico de nuestros corazones. Profesamos la extraña religión de la zancada y la acrobacia vertical. Nos convertimos en funambulistas de lo absurdo. Nos emborrachamos de puna y vértigo. Somos semidioses de elevados algoritmos e impulsos egoístas a golpe de cuerda y altitud. Misántropos del viento y los glaciares. Niños con botas nuevas que chapotean en la laguna de cualquier circo esperando un nuevo amanecer desde su espartano vivac. Somos pusilánimes masoquistas que encuentran el placer en el sofoco de una habitación con vistas a un vacío que colma sus sueños de lasciva verticalidad" Los onanistas del vértigo.