Sin discernir siquiera la autora entre historia y realidad, sacó los datos de los libros y las personas y lo mezcló con su imaginación, dejando que ésta pusiese sonrisas a la lágrimas y tragedias épicas a los hechos reales. Así se construyeron cinco cuentos de Baeza y otros tantos de Úbeda, algunos tan recurridos como la Emparedada de la Casa de las Torres y otros tan desconocidos como el milagro del Seño de las Necesidades.