"la pesquisa de Gil Cano sobre Burgos Lecea viene de lejos, de cuando supo de la existencia de un escritor comunista de Jerez que salvó la vida de Ricardo León en las cárceles republicanas de Madrid; pero que perdió su libertad y su piel sin que nadie le salvara cuando la dictadura franquista estaba a punto de salir del infierno de la primera posguerra y de la autarquía, con las cárceles y los cementerios llenos. la clave de este ensayo, sin embargo, trasciende mucho más allá de la indagación sobre las circunstancias de sus horas finales o sobre su vía-crucis carcelario, tan similar por otra parte al de numerosos otros casos de la heterodoxia española, machacados por aquel régimen. Lo que descuella en esta obra es la noticia puntual sobre la biografía y los empeños de Burgos Lecea, cuyo nombre y cuyos libros fueron borrados de un plumazo de nuestro patrimonio intelectual" - del prólogo de Paco Téllez