Esta segunda edición, además de con una profunda corrección, se completa con diecinueve capítulos nuevos, en los que se da especial preponderancia a los primeros tiempos vividos en la vertiente sur de la Sierra de Gredos. En ellos, Alfredo relata con pluma ágil los ganchos, las amanecidas, las incursiones a las monteses y, sobre todo, los primeros aguardos, aquellos que envenenaron su coracón de cazador. Además, a los cuadros originales de la primera edición, obra de su tío Victorio Rodríguez Gómez, se han unido nuevas ilustraciones, utilizando algunos de los bocetos que sirvieron de base a aquella, dotados igualmente de una formidable fuerza expresiva.