34 años después de la primera edición se edita la segunda edición. Mucho más cerca del trabajo original de los años setenta. Se amplian la Plataforma para la Defensa del Arte Sureño con unos capítulos como un prólogo e introducción (por parte de Carlos Gòmez de Avellaneda Sabio) y "Propuestas para la protección del arte sureño" de Antonio Casado Puerto con nuevas ideas de valor practicable que pueden ayudar a evitar la continua degradación del estado de las pinturas.
También hay notas sobre sitios inéditos.