La investigación reciente ha conseguido explicaciones más coherentes confrontando lo que indican los textos antiguos y lo que ofrece el registro arqueológico. Cerca de 200 objetos, jarros de bronce, joyas, estelas de piedra, tumbas, vasijas y ajuares funerarios, procedentes de 27 museos de España, Portugal, Francia y Gran Bretaña, ofrecen una selección suficientemente amplia y reveladora de la fuerza con que arraigó en Occidente la impronta oriental y hacen del suroeste de la Península Ibérica un espacio singular, precoz en la superación de la barbarie e influyente sobre las poblaciones de su entorno.