El día 23 de noviembre llega a las librerías un nuevo libro de Pedro Ceinos Arcones (Manual de Escritura de los caracteres chinos, 1998; Kanjis japoneses, un aprendizaje fácil basado en su etimología y evolución, 2014), que cambiará para siempre la forma en que los occidentales estudian el chino.
La principal novedad es que presenta a los caracteres chinos en sus propias familias. El concepto, que puede parecer extraño en un primer momento, se remonta según Ceinos al tiempo en que los caracteres fueron desarrollados, en el que se llamó “caracteres hijos” a todos los que se desarrollaron a partir de un pictograma. Para el autor está claro que, en consecuencia, ese pictograma más sus “caracteres hijos” son una familia, y como tal hay que estudiarla.
Esos “caracteres hijos” están formados por lo que se llama un radical (un carácter o signo que indica su naturaleza: una madera para referirse a árboles u objetos de madera, una boca para actividades de la misma, una mano o pie para actividades de estos miembros, bambú o metal para objetos de estos materiales, etc), que se añade a un pictograma. Dado que los pictogramas son fáciles de reconocer, pues derivan de las antiguas imágenes que representaban objetos, estudiar todos los caracteres de una familia juntos facilita enormemente el conocimiento del chino.
Esta relación de unos “caracteres hijos”, llamados picto‒fonéticos, con otros, ya era conocida por los expertos desde hace siglos, pero casi ninguno se planteó explorar la relación entre los caracteres de cada familia, manteniéndose más bien que los “caracteres madre” sólo indicaban el sonido de los “hijos”.
El estudio de esa relación entre los “caracteres madres e hijos” ha sido la labor a la que Ceinos Arcones ha dedicado los últimos cinco años. «Esa relación no se percibía a primera vista, pues muchos caracteres habían sido simplificados arbitrariamente a lo largo de la historia», comenta el autor, «en otros sus significados originales ya no se utilizan, los “caracteres madres” no se usan más, o la propia evolución en el uso de cada carácter no permitía ver con claridad su relación.»
Como ejemplo de estas discusiones podemos ver la familia compuesta alrededor del carácter 内 nei, “dentro, interior”.