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Un nuevo trabajo de este infatigable investigador, y ya van doce más uno. En esta ocasión nos ofrece un repaso a esas historias que circulan por el mundillo flamenco, y que lejos de ser leyendas son historias auténticas que tanto enriquecen nuestro arte. Aunque nacido en Casariche, nuestro compañero se trasladó muy joven a Lebrija a ejercer la profesión de maestro, y se introdujo en el apasionante mundo del flamenco. En su localidad de adopción, de hecho el Ayuntamiento de Lebrija le reconoció ese estatuto, ha escarbado en grabaciones, publicaciones y vivencias para ofrecernos en este manual dieciséis capítulos que abarcan desde un recorrido por las grabaciones de la Misa Flamenca, o los cante a dúo y a medias, o como el flamenco ha llegado a la universidad.
También se fija en la trayectoria que han sufrido determinados etilos y cantes flamencos como por ejemplo la bambera, recoge igualmente frases relevantes como la pronunciada por Joaquín el de la Paula “er cante no cabe en el papel”. Tampoco se olvida de la importancia del fandango y de los cantes a palo seco, no los ad libitum por naturaleza, sino los que requieren de instrumentos pero los cantaores prescinden de ellos. Repasa los cantaores que se han acercado a la copla, o la aparición del baile en los discos. Un toque de humor cierra este gran trabajo, tan polifacético como el capitulo dedicados a los festeros que son capaces de cantarse, bailarse y tocarse al mismo tiempo.
El presente estudio propone la primera cartografía del conjunto de dicha tradición en sus cuadros geográfico, histórico, social y humano, así como los primeros inventarios detallados y situados en sus contextos de los tres repertorios de que consta: las tonás, las siguiriyas y las soleares. La descripción de los cantes se funda constantemente en la percepción del medio de origen. De este modo, el terreno del cante jondo, que Falla y García Lorca percieron sin alcanzarlo, se vuelve aseguible al público, a los musicólogos y a los etnomusicólogos. El problema de los orígenes, en parte ligados a ciertas tradiciones musulmanas, pero también al ritual privado de las bodas gitanas, se examina y se ilustra con un CD de apoyo al texto.
Siempre se ha dicho que los cantes nacieron y se cultivaron en las tierras de Cádiz, Sevilla y Huelva. Las alegrías, cante genuinamente gaditano, es analizado desde sus orígenes y, a la vez, son ofrecidas distintas teorías y opiniones acerca de influencias y giros. Igualmente, queda constancia de aquellos cantaores que han ido ejecutando este palo del flamenco con gran maestría y predilección. El concurso gaditano de cantes por alegrías, de sobresaliente prestigio, es reflejado como documento de un acontecimiento artístico de primera magnitud.
Se recogen en este volumen una veintena de relatos en los que autores del marco de Jerez narran desde su propia experiencia un mundo en común, el del flamenco tal como se vivió –y quizás se vive todavía– en este rincón del sur de España.
Desde el cuento policíaco hasta el relato de terror, pasando por la evocación biográfica o la estampa cómica, todos los tonos y perspectivas caben en este libro que divertirá e ilustrará al lector sobre los avatares del baile y el cante jondo.
Este trabajo propone al lector un acercamiento a los cantes de las minas, una de las ramas más ricas y diversa, pero también controvertida e intrincada, del frondoso árbol del flamenco. Con el apoyo de argumentos musicales -pues el flamenco es, ante todo y sobre todo, música-, pretendemos mostrar qué cantes componen esta familia, dónde radica la singularidad de cada cual, cómo fueron en sus orígenes y cómo han ido evolucionando a lo largo del tiempo.
Esta colección de cantes flamencos, publicada por primera vez en Sevilla en 1881, es considerada por los estudiosos un hito fundamental en el conocimiento y la comprensión del flamenco, y posiblemente el origen de la flamencología. Además de la riqueza y calidad de las coplas que Antonio Machado y Álvarez recopiló en esta obra (y que se aproximan a las novecientas), sus numerosas anotaciones proporcionan una viva imagen del arte flamenco y el pueblo andaluz, y lo mismo nos hablan del lenguaje de los gitanos que de la Virgen del Rocío, los barrios de Sevilla o las tradiciones y costumbres de diversas poblaciones andaluzas. La obra muestra asimismo la importancia y grandeza de la cultura popular, a veces poco valorada.
"Completamente ajeno a todo propósito folklórico y mira científica, este libro ofrece una gallarda muestra de las condiciones artísticas del gran poeta anónimo"