Caza

Este pequeño libro ofrece una recopilación del arte de buscar, perseguir y matar la caza mayor, así como diferentes reglas y curiosidades para el perfecto conocimiento de este ejercicio. Al ser una recopilación de tratados antiguos, se han respetado tanto los dibujos como la escritura de mediados del siglo XIX, por lo que el lector creerá que está en posesión de un ejemplar de dicha época.

En la provincia leonesa, la raza merina es la más importante y representativa del ovino. Junto a ella, los mastines tienen aquí unas raíces muy profundas, siendo así mismo protagonistas importantísimos dentro de las razas caninas españolas; son el complemento necesario del rebaño, porque entre ellos se interpone la figura de ese depredador por antonomasia de la fauna ibérica: el lobo. La suma de estos elementos configuran y dan vida a uno de los movimientos más antiguos del pastoreo: la trashumancia. El gran anhelo del autor ha sido el de reunir estos cuatro temas en una sola obra: trashumancia, merina, lobo y mastín. Si a todo ello se unen abundantes fotografías de las zonas recorridas, obtendremos un libro cuya finalidad es la de ayudar a conocer un poco más estas razas tan arraigas a León.

Contenido: Anatomía elemental de los animales de caza. Balística práctica de campo para el cazador de piezas africanas. Criterios letales. Rendimiento final de la bala. Selección de la bala: blandas contra sólidas. Animales peligrosos de piel gruesa: elefante, búfalo, hipopótamo, rinoceronte. Los carnívoros de piel fina: león, leopardo, cocodrilo del Nilo, hiena moteada. Caza grande y no peligrosa: jirafa, eland, gran kudu, cebra, antílope sable, waterbuck, wildebeest, oryx/gemsbok, hartebeest. Caza de tamaño mediano: impala, bushbuck, springbok, warthog. Pequeños antílopes: duiker, klipspringer. Manipulación de trofeos. Camuflaje natural. Selección de calibre: cacerías con uno, dos o tres rifles.

Para este trabajo, el autor ha combinado sus conocimientos de medicina veterinaria, armas de fuego, balística práctica y rendimiento de la bala, con su amor por la fauna salvaje africana y su conservación. Contenido: elefante, búfalo, hipopótamo, rinoceronte, león, leopardo, cocodrilo del Nilo, hiena moteada, jirafa, eland, gran kudu, cebra, antílope sable, waterbuck, oryx, hartebeest, impala, bushbuck, springbok, warthog, duiker, klipspringer

Tiene el lector en sus manos la segunda parte de La caza de la paloma torcaz con cimbeles. Tal y como nos explica el autor, quedaban muchos comentarios en el tintero y había que terminar lo comenzado. Aúna este libro una parte técnica con la que se completa el primero, con una parte de anécdotas, en la que tienen cabida no solo las más curiosas experiencias del autor, sino también multitud de personajes y sucesos que le han acaecido a lo largo de una dilatada vida consagrada al campo, a la caza en general, y a la caza de la paloma torcaz con cimbeles en particular.Si su primer libro puede ya considerarse un verdadero tratado sobre esta apasionante modalidad de caza, este segundo - igualmente práctico e ilustrativo, pero sin duda más ameno y sugerente - lo complementa, abundando en un tema inédito en nuestra literatura cinegética.

En este libro podrá descubrir muchos de los artificios, trebejos, añagazas y ardides utilizados por los habitantes de la Península Ibérica, algunos de los cuales bien podrían remontarse a la prehistoria. También se realiza un profundo análisis sobre las estructuras cinegéticas de nuestros antepasados para defenderse de un enemigo común: el lobo. En él podremos encontrar: las losas, las ligas, las estructuras trampa, los reclamos, las redes, los lazos, los cepos, las cajas y jaulas trampa, los anzuelos y arpones, los cestos y otras artes de caza.

Vardis Fisher (1895-1968) nació en Annis, un pueblo del montañoso estado de Idaho (USA), estudió Filosofía y ejerció como profesor de inglés, funcionario durante la Gran Depresión y columnista del Idaho Statesman. Gran amante de su tierra natal, Fisher escribió novelas sobre los primeros colonos del Oeste –como Dark Bridwell (1931) o The novel April: A Fable of Love (1937)–, una tetralogía autobiográfica –Vridar Hunter (1932-36)– y Testament of Man (1943-1960), un ambicioso proyecto en doce volúmenes sobre la historia de la Humanidad. El Trampero (Mountain Man, 1965) narra la vida y aventuras de Samson J. Minard, cazador montaraz que recorre incansable las Montañas Rocosas, su hogar, y cuya filosofía resume el propio Fisher: «Admiraba el valor sobre todas las demás virtudes; inmediatamente después venía el temple, y el tercero de sus valores era la compasión por los débiles o indefensos». «Sam vivía en un mundo de criaturas salvajes, muchas de los cuales eran asesinas: la comadreja, el armiño, el halcón, el águila, el lobo, el glotón, el puma, el grizzly, el gato montés… un mundo en el que la primera ley de vida era matar o escapar del que mataba». En su incesante y solitario deambular, tramperos como Sam, Solomon Silver, Jim Bridger o Cabellera Perdida Dan cazan, construyen sus propios refugios y llegan a emparejarse con indias Crow, Arapahoes o Pies Negros, haciendo de su irrenunciable libertad una forma de vida.

Nos hemos alejado de la naturaleza que sólo visitamos como turistas. Los niños no asisten por San Martín a la matanza ni han visto matar un pollo. La muerte les es lejana. Creen que los embutidos nacen con su guita en las factorías y que los pollos surgen de unas máquinas que los echan al supermercado envueltos en plástico por arte de birlibirloque. No se vive el campo. Los serreños, al dar de mano en sus tareas, regresan a diario al pueblo, en lugar de pasar las largas tardes de invierno con la familia ante la chimenea, colgados en cualquier vegueta perdida por esos cerros de Dios, donde salían a relucir aquellas historias conservadas por tradición oral a través de generaciones: Viejas leyendas de niñas devoradas por lobos; de salamanquesas malas que te dejan una calva donde escupen; del huevo que un día al año pone el gallo y del que nace el escuerzo… Y todo eso con un lenguaje rico y preciso en el que se engastaban vocablos aún no descubiertos por la Real Academia Española.Un niño hoy tiene un vocabulario pobre pero útil para cambiar impresiones con sus amigos sobre informática, música pop o canales de televisión. Pero, con seguridad, va a desconocer qué cosa sea una covatilla, un cujón o un venado entesterado.No podemos pretender que hoy se conserve y se use el riquísimo vocabulario de la sierra, pero sí podemos o, por mejor decir, tenemos la obligación de fijarlo por escrito quienes hemos llegado a conocerlo vivo.

Publicada como el primer volumen de la colección "Clásicos de Caza Mayor africana", en este libro podemos encontrar una recopilación de anécdotas destacadas de la vida de cazador de J. A. Hunter, sin pretender hablar excátedra ni impartir ciencia cinegética, tan solo contar de forma muy amena lo que hizo y lo que vio durante aquellos tiempos de oro. Al final se realiza un estudio más detallado sobre armas y municiones para ser utilizados contra diferentes animales.