Las viejas crónicas que sobre Villoslada de Cameros publicó la revista El Najerilla durante varias décadas (1925-1960) recobran vigencia y salen a nuestro encuentro en este libro. Paisaje y paisanaje, que diría Unamuno, quedan aquí expuestos en su relación de interdependencia y nos dejan entrever jirones del cotidiano devenir de esta comunidad en una época pasada. Numerosas notas a pie de página sostienen el relato, ilustrándolo y contextualizándolo.
Descubrimos así una forma de vida peculiar, con tradiciones, creencias y costumbres, actualmente en proceso de extinción, y cuyo recuerdo merece ser conservado. Pero también surgen personas, con nombres y apellidos, que de este modo ya no quedarán relegadas al olvido. Así, el texto rinde un justo homenaje a tantos anónimos villosladenses que contribuyeron al progreso y vigencia de su querido pueblo.