Luis Fernández, maestro tintorero y fabricante de la casa real con Carlos IV, consagró su juventud al estudio y la investigación de las diferentes telas y tintes de su época, alcanzando tal fama y perfección en su profesión que su labor sería descrita como "uno de los objetos de curiosidad que contiene Valencia".
El celebre tintorero aúna la práctica con la teoría, y en 1786 manda imprimir su obra Tratado perteneciente al arte de la tintura, rarísima edición que es ahora publicada por vez primera en formato facsímil. El texto, que trata de las verdaderas causas que impiden alcanzar colores perfectos en las sedas y los nuevos métodos con los que conseguir los mejores tintes para estos tejidos, está dividido en tres partes; en la primera se exponen las causas que imposibilitan conseguir los más bellos colores, en la segunda, los medios que se deben usar para superar estas dificultades y en la tercera se ofrece una demostración práctica del mejor método para conseguir la perfección absoluta de los tintes.
Edición facsimil 1786