Espléndido testimonio, a un tiempo visual y literario, de la cultura andaluza, de sus manifestaciones más íntimas y, sobre todo, de su poderoso entronque mediterráneo. El paisaje de Andalucía, tan variado y plural, tiene en el olivo una de sus expresiones más conocidas y emblemáticas. El olivo ha sido siempre el símbolo, con sus raíces profundas y sus troncos retorcidos, en pie frente a vendavales, aguaceros e invasiones, han alimentado la inspiración de los poetas y el rito ancestral de una gastronomía a la que hoy se le concede un lugar privilegiado en la consideración científica.
Escrito en Español e Inglés.