Nuestra región lleva un siglo de experiencia en el cultivo de la vid, con un lugar en el mercado que reconoce su esfuerzo por la diferenciación y calidad autóctona de sus vino. Para grabar con mayor fortaleza este nombre labrado con un siglo de peregrinaje hay que incidir en el campo científico con diversos trabajos de investigación encaminados a reseñar estos criterios de calidad. Este estudio es uno de ellos, y su objetivo es demostrar que ciertos sistemas de conducción tradicionales son suficientemente interesantes para garantizar una viticultura de calidad y, por contra, otros sistemas de conducción foráneos están tomando cierta relevancia en nuestras viticultura cuando todavía cuando todavía no está contrastado su idoneidad y adaptación a nuestras condiciones vitícolas específicas.