En los últimos años se ha puesto de manifiesto cómo un consumo desaforado de materias primas, energía, etcétera, y el empleo de ciertos procesos han tenido una responsabilidad directa en la contaminación medioambiental. Para tratar de paliar este problema surge una nueva filosofía, la química verde, basada en el diseño de procesos y productos químicos que permitan reducir y eliminar la generación y el uso de sustancias químicas peligrosas, tanto para las personas como para el medio ambiente.