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En este breve escrito, el autor analiza el contexto histórico en el que se da el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la República Popular China y México. Plantea que, en las últimas cuatro décadas (1972-2012), la relación ha pasado por cuatro etapas bien diferenciadas, en las que, se ha pasado de una etapa de buen entendimiento a una de confrontación y distanciamiento. Ambos países, aún subdesarrollados, se enfrentan a los vaivenes de un mundo cambiante, en el que, el redefinir y retomar las buenas relaciones, puede ser fundamental, para un beneficio mutuo futuro. En este contexto, y dada la trascendencia que la República Popular de China está teniendo en la economía internacional y dado su dinamismo en sectores de reciente transformación, se plantea que México debiera de aprovechar al boom del turismo chino, que es otra manifestación del cambio económico y social de ese país, para iniciar sobre nuevas bases, una mejora en la relación, propiciada desde México, para tratar de ser parte de los beneficios del crecimiento exponencial que está teniendo en la actualidad y en los años próximos, el nuevo turista chino del siglo XXI.