La pérdida de población y la marginación de la montaña mediterránea desde mediados del siglo XX, manifestada en la despoblación, el abandono de la agricultura y el desaprovechamiento de pastos, ha favorecido la expansión de matorrales y bosques. Ello tiene algunos efectos positivos (mayor absorción de CO2), disminución de la erosión y mejor regulación hídrica), pero también algunos efectos negativos para la sostenibilidad: pérdida de pastos, disminución de la diversidad y calidad estética del paisaje, incremento del número de incendios y de la superficie quemada, y menor cantidad de agua en las cuencas. En este libro se analizan los efectos del plan de desbroces en la oferta de pastos, en el control de los incendios y en la estructura del paisaje en el valle del Leza. Se reflexiona sobre el papel positivo que puede ejercer la ganadería extensiva en el desarrollo socioeconómico y en la conservación de áreas de montaña como Cameros Viejo.