A principios de los años treinta, el conde de Almásy, como a él le gustaba llamarse, realizó en automóvil y avioneta una serie de arriesgadas expediciones a los lugares más recónditos del Sáhara Oriental. La crónica en primera persona de esas vivencias se encuentra en Sáhara desconocido, publicado en 1934 en húngaro y cinco años más tarde, en una edición ampliada y modificada, en alemán.
Nadadores en el desierto ofrece al lector español los capítulos centrales de ambas ediciones, en los que Almásy narra sus aventuras y hallazgos más sobresalientes: entre otros, la azarosa búsqueda del mítico oasis perdido de Zarzura y el sensacional descubrimiento, en una de las zonas desérticas más inaccesibles del planeta, de las bellísimas pinturas rupestres.