La caza de la codorniz con perro demuestra constituye el máximo peldaño de la venatoria coma la modalidad de caza por excelencia, aquella en la que el binomio cazador y perro adquiere su máxima expresión.
Inspiradora de muchas de las más bellas páginas de la literatura cinegética en nuestro país, buena parte de su atractivo se debe a la doble personalidad de su protagonista coma capaz de cruzar continentes llevada por su espíritu emprendedor y coma sin embargo, muy apegada al terruño y a los pajonales que la vieron que nacer.