Surf atemporal, playas soñadas, paraísos cercanos. Todo junto, bien empaquetado, y puesto en sus mesas para consumo y disfrute ilimitado. Todo un festín de pintura surf servido por un "pequeño maestro" que no deja indiferente... "Pinturas al óleo que plasman las propiedades edénicas de una California con efluvios mediterráneos. Como viejas postales de tiempos y paisajes idealizados que jamás volverán, pero que sin embargo, siguen ahí." Extraído del prólogo de Dídac Piquer, shaper y fundador de Montjuïch Surfboards.